Es uno de los componentes más comunes en las rutinas de belleza y, aun así, levanta muchas dudas y alimenta varios mitos que se han mantenido a lo largo de los años. Sus beneficios son indiscutidos, por eso decidimos retomar a este ingrediente clásico, para que lo uses con propiedad y le saques el jugo a sus propiedades.
Lo primero a saber de la vitamina C es que previene el envejecimiento prematuro y el estrés oxidativo que se expresa en una piel opaca y de aspecto cansado. Además, este componente promueve la producción de colágeno y, en consecuencia, ayuda a que la piel mantenga su volumen y tersura.
Es recomendable que la rutina de skincare contenga un antioxidante (otros antioxidantes además de la vitamina C, son la vitamina A y E, el ginseng, la centella asiática, D-Pantenol, niacinamida y extracto de hamamelis, por mencionar algunos).
¡Vitamina C sin miedo!
Aunque es ampliamente conocida, la vitamina C genera mucho temor por la creencia en varios mitos; como que irrita, mancha y se puede usar solo en algunos momentos.
“Siempre es bueno usar vitamina C porque reduce la acción de los radicales libres. Es bueno tener un antioxidante en la rutina y si bien es fotosensible, la concentración indicará si es mejor utilizarlo en la noche o durante el día. Por ejemplo, si su concentración es mayor al 15% debe ser usado en la noche. Y, de todas maneras, siempre se debe utilizar protector solar 50+ en el rostro durante el día, sea cual sea el antioxidante que uses e inclusos si se trata de concentraciones muy bajas”, explica la cosmiatra y skincoach, Constanza Toro (@skincoach_conytorol).
Que sea fotosensible no significa que sea fotosensibilizante. Es decir, no hace que la piel se vuelva más sensible a la luz, razón que SÍ permite su uso durante el verano. Es más, es incluso beneficioso incorporar vitamina C en el periodo estival, pues la piel está sometida a la agresión de los radicales libres causados por el sol.
¿Han escuchado que la vitamina C causa irritación? Este es un mito frecuente que se ha derribado gracias a la tecnología. Las fórmulas actuales son sumamente estables, por lo tanto, duran mucho más, y se oxidan más lento (la oxidación sí es una causa de irritación). Si tienes una piel muy sensible, evita concentraciones sobre el 15% y consulta con tu dermatóloga o cosmetóloga la medida exacta para ti.
Y este mito es para las más expertas: por mucho tiempo se dijo que no se podía combinar vitamina C con retinol o ácidos BHA, AHA o Niacinamida. ¡Esto es mito! Pero OJO, no es llegar y mezclar. En el caso del retinol (vitamina A), la asistencia de una especialista es fundamental para comprobar que las formulaciones de ambos componentes sean lo suficientemente estables para que logren un beneficio.
La Vitamina C es mucho más amable de lo que crees, pero como todo en belleza, cada cuerpo y cada piel es única. No le copies a tu amiga ni sigas los consejos de Tik Tok. Aquí lo mejor es informarse, consultar a los profesionales adecuados y ser constante.