Se habla mucho sobre la autoestima y desde hace un par de años todavía más. Aunque los estudios al respecto datan desde 1862, en los últimos años realmente se le ha entregado un lugar importante en la sociedad, pues se ha reconocido que la calidad de vida está influida de manera muy importante de acuerdo a cómo cada persona se percibe. No es menor, la autoestima nos permite enfrentar la vida con mayor confianza y felicidad, así como sobrellevar los momentos difíciles con mayor entereza.
Pero la autoestima no es estática, se transforma a lo largo de la vida. A partir de los 30, por ejemplo, yo sentí una seguridad mucho más grande en mí y hoy, a los 37, estoy contenta de ser yo a un nivel más profundo. Soy una agradecida de que siempre me he gustado, pero me doy cuenta que he aprendido a ser más amable conmigo y menos estricta con mis procesos, errores y aciertos… si bien, hay aspectos físicos que no me gustan tanto de esta edad (como que la piel empieza a manifestar cierta flacidez y signos de expresión se convierten en arrugas), es una edad de mucha madurez y nuevas perspectivas.
Cultivar la autoestima es un acto de todos los días. Yo lo veo como una decisión de cuidarme siempre, aunque no tenga ganas, o signifique establecer una conversación incómoda. La autoestima se fortalece cuando sanamos nuestras heridas y también con hábitos que resulten saludables para nosotros. Para mí no se trata solo de sentirme linda o capaz, sino de acompañarme en los momentos en los que no siento eso. Hay pequeños actos que a mí me han servido de ayuda hasta el día de hoy y se los comparto por si a alguno de ustedes le hace sentido.
Cuido las palabras con las que me hablo y hago un esfuerzo consciente para que el diálogo conmigo sea amable y me corrijo cuando hago juicios negativos sobre mi persona. Por ejemplo, si un día no logré mis objetivos y no fui lo productiva que quería, digo: “Hoy no cumplí el objetivo, mañana debo ser más rápida para abordar lo que no cubrí hoy”. Antes hubiese dicho, “Hoy día fallé”. Cambia el panorama cuando elegimos palabras más neutras para referirnos a ciertas cosas, ¿lo ven?
Me visto y me arreglo para mí el 95% de los días, me hace bien. Esto siempre lo supe, pero lo corroboré con la Pandemia. Mi ánimo era mejor cuando yo me vestía y me sentía linda, trabajaba de manera más eficiente, me sentía más empoderada y es algo que rescato hasta hoy. Me gusta vestirme con lo que quiero, aunque no vaya a salir de mi casa (trabajo desde mi casa) y me siento bien conmigo por decidir ponerle más o menos glamour a mis días, aun cuando solo me vea yo. Hacer cosas por mí y por el gusto de hacerlas es algo que recomiendo vale la pena hacer, porque al final, no hay nada más poderoso que ser uno mismo.
A costalazos, aprendí a dejar de insistir con lo que hace mal; aprender a renunciar y elegir tus batallas es una forma de autocuidado también. Desde comer lo que te cae pasado, juntarte con personas que te dejan un sabor amargo, insistir en buscar a quien no quiere estar, dormirse tarde y levantarse muy temprano…. ¡hay un sinfín de cosas que sabemos que nos afectan! Entonces, ¿por qué insistir en nadar contra la corriente? No es fácil salirse del ‘deber ser’, a veces aquello que nos daña es adictivo, pero tomar consciencia de ello es el primer paso para detener nuestras conductas de auto boicot.
Pasa tiempo a solas… es importante tener espacios para sentirnos y conocernos, disfrutar de tu compañía te lleva a ser más independiente emocionalmente.
Me preocupo de mantener mis espacios limpios y en armonía. Tu casa es una expansión de ti y de tu mente, haz tu cama, abre las ventanas, prende inciensos, ¡habita tu hogar! ¡Disfrútalo! Tus espacios hablan mucho de ti y repercuten en cómo te sientes. Yo me preocupo de hacer la cama todos los días y mantener ordenado, preparo mi casa todas las semanas (para mí no es solo hacer el aseo, también la limpio energéticamente con humos y frecuencias vibratorias), me siento más liviana y con más energía para el resto de los días.
Hay muchas más cosas que hacen bien y las iré dosificando en distintos post, espero que resuenen con alguno de los puntos y puedan aplicar algunos aspectos e instancias de reflexión para sentirse cada día un poco más felices.